Es, en principio, un nuevo aliciente para el llamado grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Salvo India, el resto ha recibido la bendición internacional para los garndes acontecimientos del deporte. China organizó en Beijing los Juegos Olímpicos de 2008, Brasil hará el mundial 2014 y los Juegos de Río en 2016, y ahora Rusia tiene su chance.
El país salió del comunismo en 1991, y tras una turbulenta transición, que incluyó una fuerte crisis económica, se convirtió en una república presidencialista que busca reverdecer los laureles de antaño. Su poder nuclear sigue intacto, así como el militar, y económicamente ha pegado un salto cualitativo que la coloca en óptimas condiciones.
El estadio Luzhniki de Moscú es la gran gema de Rusia 2018. Es el mayor complejo deportivo del mundo, y podrá albergar 90 mil personas en el mundial. Albergará el partido inaugural, una semifinal y la final, entre otros cotejos. De la capital también serán sedes los estadios del Dinamo y del Spartak.
11 ciudades se suman a Moscú, para poder cumplir con el mínimo de 12 plazas que exige la FIFA a un país organizador de la Copa del Mundo.
Varios de esos estadios debéran construirse, con lo cual empieza la cuenta regresiva. Esas ciudades son: San Petersburgo, Volvogrado, Sochi, Yekaterinburgo, Saransk, Samara, Kazan, Kaliningrado, Krasnodar, Rostov-on-Don y Nyzhny Novgorod.
Redacción DiarioShow
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