Los funcionarios de agencias antiterroristas de varios países del mundo lanzaron un alerta máximo apenas se supo de la amenaza. Pero todo fue muy confuso y extraño. El operativo de inteligencia había empezado en realidad varios días antes. Los datos para desbaratar el supuesto ataque fueron dados a EE.UU. por Arabia Saudita, confirmó ayer la Casa Blanca. Tras ese informe, se denunció la existencia de explosivos en un avión que estaba en escala en Dubai y que iba con destino a la ciudad de Chicago y llevaba un paquete de correo dirigido a dos instituciones judías con sede en esa ciudad estadounidense. Todas las sinagogas locales fueron puestas en alerta.
Al mismo tiempo, en Londres se inspeccionó en su escala a otro avión con la misma ruta, perteneciente a la empresa de correo privada UPS, y se encontró un artefacto sospechoso disimulado en un cartucho de tinta para impresora pero que según el FBI no era una bomba.
El operativo en EE.UU. incluyó también requisas en los aeropuertos de Newark, en Nueva Jersey, y Filadelfia, Pensilvania. El episodio alcanzó tal envergadura, que incluso despegaron cazas de combate F-15 que escoltaron a otra aeronave que ingresaba a Nueva York procedente de Canadá pero que había partido de Yemen. Además, en otras ciudades se revisaron camiones y otros medios de transporte. En total, se habrían controlado trece paquetes provenientes de Yemen. Los funcionarios de EE.UU. aclararon que no había una amenaza expresa en el avión que fue escoltado al aeropuerto John F. Kennedy por los aviones de combate. Sólo fue una medida precautoria.
La amenaza, según la Casa Blanca, provenía de la denominada organización Al Qaeda de la Península Arábiga, con sede en Yemen, una organización de origen dudoso que sería una célula de la red de Osama Bin Laden. Es el mismo grupo al que hicieron responsable de haber intentado explotar un avión de EE.UU. durante la Navidad del 2009. (Ver antecedentes)
Un oficial de Emiratos Árabes Unidos informó que el bulto encontrado en el aeropuerto de Dubai contenía materiales explosivos. Pero después se desmintió eso. Y en cuanto al hallado en East Midlands, entre Londres y Nottingham, el supuesto cartucho de tinta contenía cables y un polvo blanco presumiblemente explosivos, informaron la cadena británica BBC y el canal de cable estadounidense CNN. También en la capital británica se inspeccionaron otros aviones.
Desde la Federación Judía de Chicago, una de sus directivas, Linda Haase indicó que la comunidad, que incluye una sinagoga, había sido advertida sobre la situación. La Casa Blanca sostuvo que “el presidente (Obama) instruyó a las agencias de seguridad para determinar si estas amenazas son parte de un complot terrorista adicional” contra otros objetivos en Estados Unidos.
Por su parte, el gobierno yemení, aliado de EE.UU. en Oriente Medio, y la Scotland Yard británica iniciaron sus respectivas investigaciones. En Washington, un diplomático de Yemen dijo que se haría una “amplia investigación”, pero descartó que se pudiera llegar a conclusiones firmes en un plazo breve.
En el país árabe, la denominada Al Qaeda en la Península Arábiga es considerada una fuente de operaciones terroristas. El gobierno cree que hay unos 300 hombres y mujeres vinculados a ella aunque nunca quedó claro quién la dirige o de qué se trata.
Clarin-
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