El nombre del párroco es Sebastián Splawinski, aunque él prefiere que lo llamen Sebastián, ya que afirma que al ser su apellido de origen polaco, es difícil de pronunciar.
Hace menos de un año llegó a la ciudad santafesina de Avellaneda, y promociona sus misas mensuales a través de facebook y videos. Lo original de la propuesta es que las misas se celebran en "un ambiente de boliche", y a ellas asisten cientos de jóvenes.
Estas misas especiales, inicialmente se realizaban en el patio de un colegio católico pero ahora se trasladarán a un club de fútbol donde ya realizaron “una fiesta con el grupo Vilma Palma”.
El padre Sebastián contó que la temática de las misas varía, pero que utilizan elementos como pantallas gigantes, efectos sonoros, humo, esferas de espejos y láser.
Pero luego aclaró que “siempre al final, pedimos un fuerte aplauso al Barba. Así le decimos a Dios”, dijo acomodándose el largo flequillo.
También contó que al finalizar los eventos, a los que ya comenzaron a asistir personas de mayor edad, los jóvenes son invitados a “una movida” que incluye baile y “pancho y gaseosa gratis”.
Cierto es que estos bailes cuentan con promoción que hacen los mismos chicos con videos producidos por ellos mismos y transmitidos en los canales locales y en las redes sociales.
"No busco fama. Sólo quiero recuperar espacio", sostuvo el sacerdote, que es hijo de una locutora. “Por eso conozco las bondades de la comunicación”.
“El ambiente donde nos movemos no es el mejor, pero surge porque muchos chicos no van a la parroquia, pero no por eso son malos pibes”, aclaró el religioso, quien asegura que necesita "estar con ellos para saber qué sienten y a mí, claro me gusta divertirme".
El espacio en Faceboo
k de la “Parroquia de Avellaneda” ya supera los 2.000 adherentes, en esta ciudad que tiene 25.650 habitantes, según el censo del 27 de octubre.
En esa página se pueden leer mensajes ocurrentes y muy juveniles como “Seba, te re-bancamos. Gracias” o “ahora la misa de jóvenes se re-pone".
El padre Seba (¿podemos decirle así?) durante el día usa jeans, remeras y zapatillas, se peina al estilo flogger y va a bailes con los adolescentes. “Los acompaño si es un ambiente abierto, o bien los dejo en la puerta y a la salida los paso a buscar con el auto de la parroquia”.
Antes de recibirse en el Seminario de Paraná tenía “fotolog” y se hacía llamar “cura cheto”, y por eso se lo asoció con la tribu urbana “flogger”. Aunque luego aclaró que “no pertenezco a esa comunidad, aunque no tiene nada de malo serlo”.
El cura que modernizó “las misas porque eran muy aburridas” dijo que cuenta con el apoyo del Obispado y que además tiene una relación fluida con la intendencia local que apoya “iniciativas que movilicen sanamente a la juventud”, aseguró el intendente Orfilio Marcón.
Los encuentros se realizan el último domingo de cada mes y el 28 de noviembre la cita será en el club Barrio Norte, esta es aguardada con mucha expectativa.
Un personaje auténtico.
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