"¿Habrá alguna sugerencia para que me ataquen?", se preguntó.
La polémica se desató cuando le preguntó a Roberto Piazza sobre si, con padres homposexueles no se correría el riesgo de violación de sus hijos adoptados, en medio del debate en el Congreso por el matrimonio del mismo sexo.
Lo cierto es que la Diva está convencida que hay una campaña en su contra. Quizás su estilo frontal y de decir lo que piensa y siente le juega en contra, a pesar de su trayectoria.
Sus constantes editoriales acerca de la inseguridad, su pasado, la gestión del gobierno, su afinidad con Macri y su postura hacia la última dictadura militar, le juegan un mala pasada.
La última confesión de la Chiqui fue respecto a su sobrina. Confesó fue secuestrada y que gracias a su intervención, por ser famosa, logró salvarla.
Esto le generó una avalancha de críticas y hasta la justicia podría citarla a declarar. Es más, en Mar del Plata estudian sacarle el título de ciudadana ilustre, según informa el Diario Popular.
Igualmente, Mirtha insiste.
""He sido muy atacada últimamente".
"La televisión ha llegado a puntos increíbles, pero hay ciertas cosas que hay que respetar. Yo soy respetuosa, séanlo ustedes conmigo", pidió.
"Estoy dolida, me están atacando mucho. Yo no sé a que se debe, hago mi trabajo con total honestidad", dijo. Y agregó: "Es terrible esto, señores, respétenme, por favor".
Mientras tanto, Mirtha negocia un nuevo y mejorado contrato con América ¿Por que mejorado? Porque Adrián Suar ya le hizo una oferta firme para que lleve sus almuerzos a Canal Trece.
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