La tienen adentro. La pelota, en el caso del arquero Onstad, víctima del zurdazo asesino de Sergio Agüero. Y la polémica para Diego Maradona, quien llevó hasta la cancha su cruzada contra Juan Carlos Pasman. Después del golazo del Kun se acordó del periodista: “¡Pasman, tomá!”, gritó. Revanchismo visceral, a lo Diego.
La pelea nació en la desubicación del DT tras una angustiosa clasificación para el Mundial. Después de pedirles favores orales a sus detractores se cruzó con Pasman señalándolo como un digno perseguidor de la Inquisición aunque, obvio, no fue tan fino: “Vos también la tenés adentro”. Y luego de que Pasman lo frenara, marcándole su grosería, siguieron otros rounds. El último, hasta ayer, había sido por la acusación de Pasman de ser censurado en la conferencia de prensa del domingo. La pregunta que, según él, no le dejaron hacer era sobre si tuvo que llevar a Agüero por estar con su hija (Giannina) y ser el padre de su nieto (Benjamín). El Kun quedó en el medio, aunque ayer mostró algo de por qué viaja.
“Diego me pidió que encarara y yo encaré”, simplificó Agüero. Con la obediencia del jugador más que la del yerno, arrancó en mitad de cancha, sacó a pasear a Hastings, lo quebró con un enganche genial y definió de zurda. A lo Kun, pero versión Independiente, cuando hacía flamear defensores (Diego Crosa, barrilete cósmico). No importó que fuera el 5-0, un detalle menor. Tampoco que el rival fuera Canadá, una minucia. Lo trascendental es que se trató de la primera vez. Que tocaba la pelota en el partido tras haber entrado un puñado de segundos antes y también la primera vez que, por fin, le puso su verdadero sello a la Selección.
Olé-