La historia de esta reconciliación anunciada comenzó cuando el español le confirmó a Listorti y Denise Dumas que había decidido abandonar el certamen. Lloró frente a cámaras, dijo que extrañaba a su familia y que no aguantaba más.
Los conductores hicieron todo lo posible para convencerlo de que la renuncia no era el camino, pero Nicolás seguía con la idea de ya no seguir en el concurso.
Pero de repente Flavio Mendoza, vía telefónica, ingresó en la escena, y lejos de maltratarlo como el día anterior, mostró un sorpresivo cambio de actitud. De primeras no lo llamó "la Espinosa", sino Nico, y el resto de su descargo fue calmo y amistoso.
"Nico no se tiene que ir. Yo le quiero decir que no fue mi intención insultar a su madre, sino que sólo emití una expresión que es bien argentina, pero no pensé en ofenderlo, y más sabiendo que está solo en el país. Quiero que recuerde, además, que cuando él tuvo problemas, yo fui de los primeros en saltar a defenderlo, por eso no quiero que se vaya, porque acá todos estamos por un sueño y un trabajo", dijo en el inicio de su notable cambio de actitud.
Nicolás escuchaba y sólo atinaba a decir "no entiendo", seguramente la misma frase pronunciada por los espectadores que asistían al cambio de Flavio.
Pero Mendoza pareció hacer oídos sordos y continuó: "Se tiene que sentar conmigo a charlar; yo le pido disculpas, pero también tiene que entender que sus palabras fueron ofensivas conmigo. Pero dejémonos de joder, pongamos huevo y sigamos. Te invito a comer a mi casa con mi mamá, que cocina para el or.., porque todos necesitamos un mimo", fue la conclusión.
Espinosa, entonces, tomó la palabra y respondió: "No entiendo como ayer me llamaste como me llamaste y ahora me invitas a tu casa, pero bueno, iré y listo, porque yo el tema del plagio no quería que saliera".
De esta manera, reina la paz, en donde ayer había guerra.