Fierro regresó de Chile y poco después de las 16 llegó a La Bombonera para cumplir con lo que se suponían los últimos formalismos y firmar su contrato, pero las tratativas con el presidente Jorge Ameal, el empresario Gustavo Goñi y un abogado en representación de la aseguradora tomaron un rumbo inesperado.
De momento, la posibilidad de que el volante chileno se sume finalmente al plantel boquense es insegura y está supeditada a que otra nueva aseguradora reemplace a San Cor, la que hasta ahora participa de la gestión, y se haga cargo de la póliza dentro de los términos pretendidos por la institución.
Boca debe presentar este jueves, antes de las 20, el contrato del jugador en la AFA para que pueda habilitárselo, lo que reduce los márgenes de las conversaciones y urge una definición.
Si la operación no está definitivamente caída, se debe sobre todo a la convicción del director técnico Claudio Borghi en cuanto a que Fierro es el hombre que necesita para ser titular de su equipo como volante por la derecha.
En la reunión de esta tarde en la presidencia no estuvo el representante del chileno, Fernando Felicevich (a su nombre concurrió Goñi) y si en las próximas horas el empresario vuelve a pilotear en forma personal las gestiones, podría haber un nuevo giro que permita, finalmente, cerrar las tratativas con resultado positivo.
Mientras tanto, esta tarde, en los pasillos del estadio, volvió a circular el nombre de otro chileno, Alvaro Ormeño, libre de Gimnasia y Esgrima La Plata, por quien Boca podría renovar el interés en caso de que no prospere lo de Fierro.
La llegada de Fierro a Boca se trabó desde que, en la revisión médica, surgió la novedad de que el jugador fue operado por un desprendimiento de retina en el año 2005 y aunque desde entonces no tuvo inconvenientes para actuar en Colo Colo y Flamengo, el club argentino pretende todas las garantías por el riesgo de una lesión ocular.
Fuente: Télam
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